La conexión entre dos amigos a menudo es indescriptible. El estar juntos siempre es agradable y natural.
Cuando conocí a Alysha, yo era una niña tímida de 9 años de edad en el tercer grado. Nos hicimos amigas gracias a una mariposa con un ala rota durante el recreo. Estaba moribunda, pero nos quedamos con la pequeña criatura hasta que murió. Luego le dimos un entierro y marcamos su tumba, en un campo lo más lejos de la escuela posible. Todavía recuerdo en qué parte del patio de la escuela estábamos ese día —el día en que nos hicimos mejores amigas—.
A pesar de que nuestras vidas ajetreadas nos impiden vernos a menudo, sigo considerándola una de mis más queridas amigas. No importa si ha pasado una semana o un año, nosotras dos siempre nos reconectamos como si fuera ayer. Mi vida sin ella es inimaginable.
Nuestros coordinadores de comunicaciones salieron a sus comunidades en busca de historias de amistad de nuestros apadrinados, miembros del personal y voluntarios de Children International. Vea más a continuación.
Lesly (12 años, izquierda): Una vez, ella puso un marcador en mi cabeza y no me di cuenta. Noté que otros niños me miraban y se reían. Al darme cuenta, me lo quité y nos reímos mucho.
Aurora (11 años, derecha): Le ayudaría con lo que necesite y la defendería porque ella es muy tímida.
Monisha (7 años, izquierda): Me gusta la sonrisa de Sneha —es tan hermosa y radiante—.
Sneha (9 años, derecha): Aquí en el centro, cuando venimos a la biblioteca a ver películas cada semana, ella a veces me trae un dulce o galletas.
Rubel (15 años, izquierda): La mejor cualidad que tiene Antoni es que se lleva de mí cuando le doy consejo y yo también me llevo de él. Por eso somos amigos.
Antoni (18 años, derecha): Si en dado caso él no llega a algo —deja la escuela, no tenga una profesión o tenga bajo recursos— yo lo escogería y le diera trabajo en cualquier de mis empresas … le daría esa confianza para que esté conmigo en mi negocio.
Lisette (15 años, izquierda): Haría muchas cosas para hacerla feliz, para hacerla sonreír. Haría locuras como hablar de forma extraña o como una vaca o algo por el estilo.
Nayeli (14 años, derecha): Se debe a que ella es como una hermana para mí. La conozco desde hace muchos años y la quiero como si fuera mi propia hermana.
Jemima (9, at left): Ayudo a Jenny cuando ella enfrenta algún problema, escuchándola, motivándola y dándole fuerzas.
Jenny (12 años, derecha): Nos encanta aprender cosas nuevas juntas y por eso nos metimos en Aflatoun. A las dos nos gusta asistir a las sesiones aquí en el centro comunitario. De esta manera logramos pasar más tiempo juntas, divirtiéndonos.
Debnath (21 años, izquierda): Él me hace sonreír hasta en los momentos más difíciles, cuando algo me tiene muy enojado.
Milan (24 años, derecha): El primer día en que nos conocimos, discutimos —discutimos sobre el color de las cobijas que nos dieron durante la distribución de regalos de Navidad y nos tuvieron que correr del lugar—. Luego me lo encontré en una cancha de fútbol y me di cuenta de que era muy buen jugador. ¡Simplemente no me dejaba anotar un gol!
Miriam (19 años, izquierda): Tras un terremoto, ella se ofreció como voluntaria para organizar donaciones en un centro de recolecta. Esa es su mejor cualidad: ella es amable y de buen corazón.
Nathaly (19 años, izquierda): Tomamos el mismo bus a la universidad. Un día, ella se sentó a mi lado. Ella fue la primera en hablar, pero en vez de decir “hola”, preguntó, “¿Eres de Children International?”.
Yannik (izquierda): Somos amigas porque aun cuando no decimos nada, con solo mirarnos, sabemos cómo estamos, porque conocemos de las alegrías y las penas que nos envuelven. Ella sabe cuáles son mis sueños.
Sarah (derecha): Ella es una persona sumamente honesta; puedes contar con ella en cualquier momento. No importa si has cometido errores, ella no te juzga. Yannik busca siempre lo positivo a las cosas.
Sara (7 años, izquierda): Nos conocimos durante una excursión escolar a Munda Wanga (un jardín botánico y zoológico). Cuando nos daba miedo un animal, nos abrazábamos y luego nos reíamos. Era bonito y nos divertíamos mucho.
Gloria (7 años, derecha): Es porque nos caemos y llevamos bien. También compartimos cosas, como comida.
Leticia (izquierda): Cuando ella va a la provincia para visitar a su familia, le pido que regrese porque la extraño. Me gusta el hecho que ella es bastante fuerte. Lleva años siendo viuda, pero sigue siendo fuerte y fiel.
Susana (derecha): Mi sueño es que, cuando tengamos suficiente dinero, podamos tomar vacaciones juntas. No necesitamos viajar lejos de aquí. Simplemente quiero nadar con ella, apegarnos y pasar tiempo juntas.
Ashley (16 años, izquierda): Nos gustaba ver a los niños disfrutar del taller de Aflatoun.
Evelyn (14 años, derecha): Brindarle apoyo y comunicarle que ella puede contar conmigo para lo que sea.
Gilbert (17 años, izquierda): Fue cuando fuimos coronados campeones del concurso del coro de locución. Fue la primera vez que participamos activamente en el programa de jóvenes.
Don (17 años, derecha): Estoy de acuerdo. Pensé, “Parece que voy a estar contento en el programa de Children International”. Quería que durara mucho. Quería expandir lo que aprendo aquí. Me di cuenta de que hay un mundo más grande que me espera. Siempre busco maneras de adquirir nuevos conocimientos, los cuales consigo aquí. Creo que el aprendizaje nunca termina.
Katherin (9 años, izquierda): Haría muchas cosas por ella, porque las amigas tienen que estar juntas en las buenas y en las malas. Si algún día la veo triste, trataría de hacerla sentir mejor.
Mirza (10 años, derecha): Un día yo tenía hambre, no tenía dinero para comprar algo y no había llevado merienda. Nos reunimos en el recreo con Katherin y ella me dio la mitad de su merienda.
Lorwena (izquierda): El Día del Voluntario 2014. Estábamos tan contentas porque nos vestimos de lo más lindas y todos nos trataban como realeza. Fue el día que nos dimos cuenta de lo importante que es nuestro papel en la comunidad.
Maria Cecilia (centro): Cuando fuimos a un centro turístico a nadar durante el evento de reconocimiento a los voluntarios. Fue tan divertido. Estábamos tan felices. Jamás lo olvidaré.
Jaquiline (derecha): Aún recuerdo la vez que fuimos a la isla a apoyar a los voluntarios de CI ahí. Fue la primera vez que anduvimos en lancha, y pudimos explorar la isla en motocicleta. Estábamos agotadas, pero la aventura y la oportunidad de ayudar a los demás nos dio mucha alegría. Nuestra amistad se volvió más fuerte después de eso.
La joven de 15 años de edad dice que la relación que se ha formado al corresponder con su padrino, Lawrence, ha creado una conexión que durará para siempre. Ella dice que se siente particularmente agradecida de contar con una persona tan generosa que sea parte de su crecimiento y desarrollo.
“Me siento muy feliz y orgullosa de mis padrinos. Ellos son buenas personas”, dice Dina. “Me dicen cosas bonitas y me tienen cariño. A veces me siento triste porque quisiera pasar más tiempo con ellos, pero nos comunicamos por medio de las cartas”.
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