Recuerdo que cada año nos llamaban a escribir cartas a nuestros padrinos. Bueno, cada seis meses. En mi caso fue el Sr. Thurston a quien, dondequiera que se encuentre, le doy las gracias porque sin su apoyo, yo no estaría donde estoy hoy. No estaría donde quiero estar.
Soy un ejemplo de la afanosa labor del equipo entero de Children International que coordina para hacer realidad los sueños de los niños y jóvenes. Me siento muy agradecido con los que apadrinan, con los que aportan un granito de arena en este mundo. Ellos cambian vidas, cambian realidades.
Mis palabras de gratitud a los padrinos y las madrinas que se encuentran lejos de nosotros son “Gracias”. Debido a la distancia, no podemos darles un abrazo. No podemos decirles en persona lo agradecidos que estamos por todo lo que han hecho por nosotros. No solo están alimentando, no solo donando dinero; están alimentando sueños. Ellos donan para mejorar la vida de las personas.
En el futuro, me encantaría trabajar para una organización que vela por los derechos de los niños en todo el mundo, como la UNICEF o la ONU, y asociarlo con CI sería lo mejor. Podríamos tener un impacto muy grande en las comunidades al ir a las que tal vez les falte agua, electricidad.
Quiero sacar un posgrado en psicología comunitaria y poder trabajar en una agencia donde siempre me estoy moviendo, siempre con gente, haciendo trabajo social.