Aunque la solución a la pobreza no es sencilla, al darle perspectiva, es evidente que todos podemos trabajar juntos y aportar nuestro grano de arena para romper el círculo vicioso de la pobreza para esta generación y la siguiente.
Los estadounidenses gastan $40 mil millones al año en el mantenimiento de sus céspedes, según Ted Steinberg, autor de “American Green: The Obsessive Quest for Perfect Lawn”. Por esta misma cantidad, podríamos cubrir la educación de los niños a nivel mundial.
Aunque existen comunidades estadounidenses con fuentes de agua contaminada, los Estados Unidos suele contar con el acceso más amplio y seguro al agua potable a nivel mundial. De hecho, el 99 % del agua de la llave es potable. A pesar de esto, los estadounidenses gastan aproximadamente $16 mil millones al año en agua embotellada. Con esa cantidad de dinero, podríamos prácticamente erradicar las enfermedades que afligen a los niños en comunidades pobres en todo el mundo.
El mundo gasta $109 mil millones en videojuegos cada año. Por la misma cantidad que gastamos mirando a nuestros aparatos electrónicos, podríamos brindar a las personas servicios y necesidades básicas que subestimamos a diario
En promedio, los estadounidenses salen a comer dos veces a la semana. En EE.UU., el consumidor promedio gasta aproximadamente $1,043 cada año saliendo a almorzar. Si preparáramos nuestros almuerzos en casa de vez en cuando, podría ayudar a los demás viviendo debajo de la línea de pobreza y sufriendo hambre y desnutrición.
En 2019, los estadounidenses gastaron $95.7 mil millones en sus mascotas. Con la cantidad que se gasta en mascotas, podríamos aportar a la erradicación del hambre para niños y familias en todo el mundo
El darle perspectiva a la pobreza nos permite ver cómo los problemas globales puede solucionarse cuando todos aportamos un grano de arena. Su apadrinamiento o donativo da a los niños acceso a programas educacionales, médicos y dentales, además de financiar iniciativas de empoderamiento y empleo, y la construcción de centros comunitarios. Juntos, podremos dar a los niños la oportunidad de imaginarse un futuro y generar un cambio duradero para sus comunidades.