- Liderazgo intelectual
Según USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional), los primeros años de vida de un niño son un “momento crítico y formativo en el desarrollo humano”. Asimismo, el Banco Mundial reporta que la educación infantil temprana no solo produce índices más altos de compleción escolar y una puntuación más alta de inteligencia, sino que también produce mejores estados nutricionales y de salud, mejor comportamiento social y emocional e incluso un mayor número de mujeres en la fuerza laboral.
Cada mañana, Rosmery, de 3 años de edad, hala la mano de su madre para instarla a subir los escalones del centro comunitario de Children International ubicado en su comunidad en Santo Domingo, República Dominicana.
Muchos expertos han considerado durante mucho tiempo que el preescolar es una “buena oportunidad” para las personas que tienen los medios para asistir —es más algo ventajoso que algo necesario—. Sin embargo, los estudios más recientes demuestran que la educación temprana es crítica para el éxito de un niño y tiene resultados durante el resto de su vida.
Además, comenzando a los 3 años de edad, los investigadores han encontrado una “brecha de preparación” —la diferencia que existe entre las destrezas escolares básicas en los niños de familias de escasos recursos comparadas con las de niños de familias más pudientes—.
En el segundo piso llegan a un salón lleno de libros y juguetes. Rosmery guarda su mochila y se sienta con sus amigos en una mesa colorida. ¡Está lista para la clase!
Con los resultados para respaldar la necesidad, CI ha comenzado a implementar programas de desarrollo infantil temprano (ECD) para los niños y niñas como Rosmery en seis países donde trabajamos.
Niños en Guayaquil, Ecuador, imitan a su maestra durante una actividad.
Virginia, la madre de Rosmery, dice que el programa le da a su hija más confianza en sí misma. “Desde que comenzaron las clases”, dice Virginia, “Rosmery me enseña lo que aprende. Ella está muy motivada y se nota todos los días”.
Alumnos de preescolar en Lusaka, Zambia, desarrollan habilidades como la coordinación ojo-mano (como en este juego de equilibrio).
Virginia no es la única que valora el programa de Children International. A más de 2,240 kilómetros de ella, Patricia, madre de Maite de 5 años de edad en Quito, Ecuador, dice que las clases “permiten que Maite […] fortalezca sus destrezas motoras, cognitivas y lingüísticas. Forma una base para la educación formal y reduce la probabilidad de deserción escolar”.
A 11,680 km al este de Quito, se encuentra a Isaac en Lusaka, Zambia. Él lleva a Alisha, su nieta de 8 años de edad, a sus clases diarias de ECD.
“A Alisha le gusta venir a la escuela todos los días”, dice él. “Puedo ver en ella los cambios positivos desde que empezó a asistir a las clases de ECD. Ella es muy interactiva, segura y alegre. La Alisha tímida ya no existe”.
Alisha, de 8 años de edad, ha adquirido más autoconfianza desde que comenzó a asistir a las clases de desarrollo infantil temprano en Lusaka, Zambia.
Con la ayuda de los programas ECD, la brecha de preparación se está cerrando. La maestra Miriam Morales, de Quito, dice: “La educación temprana reduce la brecha de desarrollo entre los niños de escasos recursos y los ricos. Nuestros niños ahora pueden asistir a la escuela primaria con la misma preparación que otros niños”.
La cara de Rosmery pasa de anticipación a alegría cada vez que comienza la clase. Quizás aún no se dé cuenta por su edad, pero ella está creando un cimiento sólido que le servirá para el resto de su vida”.
Niños de preescolar trazan un compañero y se turnan ilustrando el rostro y la ropa en esta clase de ECD.
Fotos y apoyo investigativo: Erenia Mesa, Andrés Rosero, Patricia Huerta y Audrey Hamayanda.
