- Perspectivas mundiales
- Momentos felices
Sea o no sea intencional, los niños tienen la costumbre de hacernos reír. Les pedimos a nuestros coordinadores de comunicaciones que nos contaran cuáles han sido algunas de las frases más graciosas que han oído de nuestros apadrinados. Sus respuestas no le decepcionarán.
Siga leyendo para alegrar su día.
Durante una entrevista con un niño apadrinado, ante una pregunta que no comprendió muy bien, me dijo: “Mire, no le entendí nada, así que ponga que me gusta jugar fútbol”.
Una vez estaba yo con un grupo de niños tratando de conseguir que miraran hacia la cámara, así que les dije: “¡Miren el pajarito!”.
Todos miraron hacia el cielo en busca de un ave. ¡Ay!
Un niño me dijo que quería que le comprara una hamburguesa. Cuando se la compré y fui a dársela se quedó sorprendido y me dijo: “¡Pero eso no tiene forma de triángulo y no tiene queso, ni tampoco piña!”.
Él se refería a una pizza hawaiana.
En alguna oportunidad un niño me dijo que había sostenido una batalla con un tiburón y que eso había sucedido en un rio. El niño me describió tantos detalles de cómo el tiburón lo atacaba, y la manera como él se defendía y también atacaba al animal, que casi me convenció de que lo que me estaba diciendo era cierto.
Estuve en una escuela primaria cuando un niño se me acercó, me abrazó y me dijo: “Ummm. Tu hueles a rico. ¡Hueles a dulces!”.
“Hola, soy el mejor alumno de la clase”.
—Un adolescente con un poco de sobrepeso, refiriéndose a sí mismo como el niño más rehabilitado en el programa de nutrición de CI.
Mi sobrina de 2 años de edad estaba estudiando mi cara cuando me preguntó: “Tía Audrey, ¿por qué cortaste esa línea en tu labio inferior?”.
Para responderla, le mostré fotos de los miembros de nuestra familia, incluso fotos de ella. Ella las miró y me dijo: “Tía, ¿cortaste mi labio también?”.
Estaba con la Dra. Beatriz Corona, la coordinadora del programa de Salud, armando el historial clínico de un niño apadrinado. Entonces le preguntó a la mamá cuál tipo de sangre tiene el niño.
La mamá respondió: “Creo que es A positivo. No estoy segura”.
En ese momento el niño la interrumpió, apuntándose a la mano: “¡No mamá! Acuérdate que es roja. Ya la vi la otra vez. ¡Es roja!”.
Una vez, para tomar una foto de una niña de aproximadamente seis años, me arrodillé en el suelo, y al levantarme me quejé, algo así como “auugh” y la niña me dijo: “Mmmhh…los años no pasan en vano”.
La mascota de Kick TB (programa que combate la tuberculosis), Turbo Boots, vino a visitar una escuela primaria local. Uno de los niños me dijo: “¡Guau! ¿La mascota es un ser humano real? ¡Increíble! Pensé que era un juguete con pilas”.
Lo más gracioso que me ha dicho un niño es “Mami, Leni”.
Después de su revisión dental, mi hijo me dijo: “Tengo dos dientes creciendo en la parte de atrás, pero no son los dientes inteligentes”.
Estaba enseñando a un niño a decir la palabra “espaguetis” al repetirla varias veces y separarla en sílabas. Al final, se cansó tanto que terminó diciendo: “¡Pasta!”.
Vi a una niña adorable comiendo un helado. Estaba preparando mi cámara cuando ella se paró y me dijo muy seriamente: “No me tomes una foto. La cámara me robará mi lindura y terminaré fea”.
En una ocasión en el centro comunitario durante la toma de fotografías un niño me dijo: “Niña Gaby, ¿me sonrío con los dientes o sin los dientes? Porque si es sin los dientes, me saco uno que tengo flojo ahorita”.