El asombroso poder del apadrinamiento personal

La labor que nuestros colaboradores hacen posible tiene que ver con la gente. Está en la propia palabra que describe las organizaciones como Children International: humanitarias. En nuestro caso, tenemos el honor de ayudar a pequeños humanos (y sus familias) a superar la pobreza.

Todo esto se debe a las relaciones —las relaciones entre el personal de CI y los socios; los padrinos y los niños; los voluntarios y los líderes comunitarios; y las alianzas con otras organizaciones—. Se trata de la conexión y el trabajar juntos hacia el objetivo común de hacer que las organizaciones como CI sean innecesarias.

Así es. Si lo piensa bien, en realidad eso es el objetivo final. Y si algún día ocurre esto, ¡será un día extraordinario!

Los idealistas como nosotros soñamos con un mundo sin pobreza y sabemos que lo podemos lograr de manera individual. ¡Tenemos las historias de éxito para demostrarlo! Así que —lógicamente— si vamos creciendo una persona a la vez, eventualmente involucraremos a todos, ¿verdad?

Hasta entonces, nos pondremos manos a la obra para realizar una labor que consideramos un placer y un privilegio hacer. Además, seguiremos siendo agradecidos por nuestros partidarios, socios y amigos quienes hacen realidad el cambio.

CI les comparte tantas historias de éxito como sea posible de las vidas de los adolescentes que han sido asombrosamente transformadas en todo el mundo. Son historias de niños apadrinados y ex apadrinados que están rompiendo el círculo de la pobreza, pero hay muchísimas más. Simplemente no hay suficiente tiempo ni espacio para contarlas todas.

Últimamente, me di cuenta que jamás podemos agradecerles lo suficiente por impactar y transformar tantas vidas, incluso algunas que quizás nunca se conocerán.

En el espíritu de las relaciones y las conexiones humanas en las que se basa el apadrinamiento, gracias. Gracias por hacerlo posible para nosotros creer que un día, nuestra organización no hará falta.

P.D. Cuando terminé de escribir esto, me acordé de una cita de Steven Pinker que me parece oportuna:

“Quizás nunca tengamos un mundo perfecto, pero no es ingenuo o romántico trabajar por uno mejor”.

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