A veces tenemos que pasar hambre

adquiera mayor entendimiento A TRAVES DE LAS HISTORIAS DE NIÑOS Y FAMILIAS

Amigos empáticos como usted tienen un enorme impacto positivo

“Ese día no teníamos absolutamente nada (para comer)”, dice María, madre de tres hijos en Honduras. “Solo sal, nada más. De repente me cayó una llamada de parte de la (voluntaria de Children International). Ella me dijo que entregarían una tarjeta para comprar comida”.

Cuando el trabajo no basta para llegar a fin de mes, el cariño y la bondad ayudan a cerrar la brecha.

María y su esposo trabajan afanosamente para sustentar a su familia. Ella se dedica a la costura para pagar los estudios de sus hijos y otros artículos esenciales. Él es albañil. “Cuando hay trabajo, nos va más o menos”, dice María. “Y cuando no, pues a veces nos toca aguantar hambre”.

Su hijo menor aún está demasiado pequeño para entender por qué hay tiempos buenos y malos. No obstante, él siente el dolor provocado por el hambre. Él le dice a su mamá, “Mami, tengo hambre. Mami, tengo hambre”. María explica, “Ha habido día que me ha tocado darles agüita con azúcar a mis hijos y decirles, ‘hijo, bébase esa agüita con azúcar porque no hay, y acostémonos a dormir a esperar el día de mañana’”.

La hija mayor, Vilyi, también sabe lo que es pasar hambre. Ella siente el estrés emocional de ver a sus hermanos menores sufrir. “Pues, yo estoy más grande y aguanto más. Pero mis hermanos no van a comer”, dice ella.


Las donaciones transformativas de amigos y padrinos bondadosos como usted dan a las familias asistencia —y esperanza— cuando más la necesitan.

Vea el breve video de arriba para escuchar directamente a la familia hablar sobre su historia y las formas en que el cariño como el de usted tiene un impacto positivo en sus vidas.

“Ese día no teníamos absolutamente nada (para comer)”, dice María, madre de tres hijos en Honduras. “Solo sal, nada más. De repente me cayó una llamada de parte de la (voluntaria de Children International). Ella me dijo que entregarían una tarjeta para comprar comida”.

Retrato de Vilyi


Me siento apoyada porque a veces, cuando no tengo, o en los momentos muy difíciles, es cuando más CI me ha apoyado. En las enfermedades, en alimento, en todo”.
- Vilyi, joven apadrinada (16), Honduras

Decir que los niños se sintieron felices y agradecidos por la asistencia que recibieron ese día no le hace justicia a la situación. “Brincaron de alegría”, dice María, “Me decían, ‘Dios es grande. Gracias a CI que nos favoreció, ya tenemos comidita”.

“Para mí, eso significa mucho. Tengo mucho que agradecer a los padrinos, que ellos son los que están detrás de la organización para ayudarnos”.

María y sus hijos sonriendo enfrente de su casa

¡Gracias por brindar su apoyo a los niños y las familias necesitadas!

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