Para mí la fiesta más divertida, alegre y colorida de mi país es el carnaval de Barranquilla, una fiesta tan sui géneris que, el día que termina, los celulares de propios y extraños se llenan de divertidos memes anunciando los días que hacen falta para la llegada del próximo carnaval.
Esa era una de las cosas que más risa me causaba cuando llegué a estudiar aquí hace más de 30 años, y justo por la carrera de periodismo que escogí me motivé a investigar un poco sobre esta fiesta que agrupa expresiones folclóricas, dancísticas y musicales que llegó a América desde España, la cual conserva una tradición que se remonta a tres siglos atrás.
Carnaval proviene del latín carnem levare, que significa “quitar la carne”, debido a que era la última gran fiesta antes de la Cuaresma, un periodo de ayuno y abstinencia de carne. Su origen se encuentra en festividades paganas de la antigüedad. En el Imperio Romano, las saturnales y las bacanales eran celebraciones en honor a Saturno y Baco, marcadas por el desenfreno, la inversión de roles y el uso de máscaras, características que permanecen en nuestro carnaval.
Lo que más me gusta es que durante esta fiesta se potencia el desarrollo emocional y la ciudad entera experimenta un amplio rango de emociones que permite construir resiliencia.
Viene a mi mente el día que mi madre debió ser hospitalizada en época de carnaval, el hospital estaba inundado de ese singular ambiente festivo, y la misma enfermera que le aplicó un medicamento intravenoso le colocó una hermosa flor en su cabeza que le sacó una sonrisa, y de inmediato cambió su estado de ánimo. Es un hecho que me permitió confirmar que el carnaval tiene un efecto sanador y terapéutico. Esta fiesta que se transmite de generación en generación se disfruta desde muy temprana edad hasta llegar a ser adultos mayores.
Mi ingreso a esta organización fue justamente en época de carnaval, y lo que más me cautivó en mi primer recorrido por los centros comunitarios fue una colorida actividad donde niños muy pequeños estaban felices luciendo atuendos de la temporada. Ese día me enteré de que en todos los centros comunitarios estaban ensayando un baile para participar en el carnaval de los niños, uno de los desfiles más atractivos del Carnaval de Barranquilla.
Es el caso de Karol, una joven apadrinada que desde que nació ha participado activamente en eventos de carnaval. Siendo una preadolescente solía asistir a clases de danza auspiciadas por la alcaldía distrital, donde desarrolló su talento con mucha rapidez.
Un día las clases se terminaron, pero era tanta su pasión por la danza que su madre decidió crear una academia de baile, con el apoyo de un profesor de danza del vecindario. Fue allí donde Karol, movida por su amor al folclor, empezó a crear sus propias coreografías, cumpliendo el rol de profesora de danza, una faceta desconocida para ella hasta ese momento, pero que sin darse cuenta venía alimentando en todos los escenarios de su vida.
Hoy, con estudios superiores en Recursos Humanos, ella sigue disfrutando del carnaval con la misma emoción que lo vivió en su niñez, porque para ella “la vida es un baile que cada persona la baila a su ritmo”.
Me encanta la música, disfrutar con amigos y la buena comida. Mi trabajo en Children International desde hace 14 años, le ha dado un interesante vuelco a mi vida, porque he descubierto una gran sensibilidad que tenía escondida en mí ser. En las comunidades que visito diariamente he aprendido grandes lecciones, al ver personas con exageradas carencias ofreciendo lo poco que poseen para ayudar a los demás. He aprendido que la humildad es la base de la verdadera grandeza.
Comentarios
kathyg123
jul 9, 2025
Thank you Children International (Staff) for All You do for All Sponsored Children, (Children waiting on a Sponsor), and All Sponsors! Great Photos of Colombia! Thank you for your hard work, and dedication you give! Keep up the Good Work! Job well Done!
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