Música para el desarrollo en CI: El primero de muchos conciertos

Todos esos arduos ensayos estaban por dar fruto para los niños de nuestro Programa de Música para el Desarrollo en Santiago, República Dominicana. Se preparaban para su primer concierto.

Antes del concierto, los niños de la orquesta fueron invitados a un retiro para ensayar durante los últimos cuatro días de enero de 2015.

Tras enterarse de que podía asistir al retiro, Abel, de 17 años de edad, dijo: "Fui corriendo al centro de Children International donde el bus nos iba a recoger, ya que no quería perderlo. Mientras corría, mis zapatos se me desbarataron y me sentí triste porque no tenía otro par. Nuris, la coordinadora del área 9, me dio un par de zapatos y me dio mucha alegría. Ella no sabe cuánto le agradezco. Le di las gracias en aquel momento, pero aún no sé cómo podré repagarle por su gesto".

Recuerde que estos niños viven en barrios estrechos y encerrados, donde las chozas están formadas de láminas de metal corrugado y a veces tienen pisos de tierra. Ellos no tienen acceso a otras actividades extracurriculares, así que es común ver adolescentes vagueando.

Imagínese pasar de este tipo de ambiente al enorme centro que Children International reservó para el retiro, con habitaciones para cada joven, tres comidas al día en la cafetería e instrumentos propios. Ellos estaban más que emocionados.

Los jóvenes en el Programa de Música para el Desarrollo ensayaron durante cuatro días para su primer concierto..

"Llegamos al campamento y sólo recuerdo la alegría en los niños", manifestó Yenny Martínez, una psicóloga que coordina el Programa de Música para el Desarrollo en Santiago. "Dijeron que este lugar era hermoso y grande y que tendrían su propia habitación y baño".

La práctica hace al maestro

Los niños ensayaban con maestros dos o tres veces al día, pero por lo general lo hacían solos. Observaba un grupo de niños de la banda del director de Santiago, Andri Cruz, ensayando en uno de los salones. "Los saxofones son lo más importante para ellos", dijo él. "Ellos jamás soñaron hacer esto, de verdad hacerlo. Con razón muestran tanta dedicación". La hija de Andri, quien toca el clarinete, a menudo ayuda a los alumnos a ensayar. Así era en todos lados: niños de todas las edades ayudándose mutuamente en preparación para el concierto.

Harmony Projecty Anne Rardin, directora musical del mismo. El Harmony Project es la agencia más grande de Los Ángeles ofreciendo educación musical gratuita basada en El Sistema a niños y jóvenes. En Santiago, Myka y Anne apoyaron con la organización, el presupuesto y los ensayos.

Jordy y Anne Rardin, directora de música de la entidad no lucrativa Harmony Project en Los Ángeles, ensayan durante un retiro de cuatro días.

Uno de mis momentos favoritos del retiro fue cuando se dio un concierto improvisado durante el almuerzo. Cuando un grupo de unos 20 niños estaban sentados, pensando en qué hacer, Anne les sugirió que bailaran. En breve, algunos niños sacaron sus instrumentos y comenzaron a tocar. Esto se convirtió en un creciente conjunto musical. Eventualmente, Andri se integró al grupo tamboreando con el estuche de un instrumento. Tres niños de 10 años de edad soplaban con vigor sus cuernos. Myka tocaba la flauta. Todos bailaban, aplaudían y cantaban. "Los niños me enseñaron a tocar merengue y a bailar bachata", dijo Anne. "¡Qué emoción!".

Una visita casera

Una tarde tuvimos la oportunidad de visitar el hogar de la apadrinada y violinista Yarissa, de 12 años de edad. Su hermana mayor toca el violín en la orquesta y su madre nos ayudó con el retiro.

Anne nunca había visto una casa como esta, y comenzó a sentirse muy consternada. Aunque hay pobreza en Los Ángeles —y muchos de los niños de Harmony Project son pobres para los estándares de los Estados Unidos— no es el mismo grado de pobreza que existe en muchas partes del mundo y en los lugares donde trabaja Children International.

No obstante, el retiro estuvo lleno de momentos mágicos: "Al reflexionar sobre el viaje a la República Dominicana", escribió Anne más tarde, "tuvimos una experiencia extraordinaria". Nos cuenta:

"A pesar de las condiciones desesperadas en que muchos viven ahí, era lo mismo. Los niños estaban aprendiendo mucho, actuando naturalmente, siendo hermosos, desafiándose. También enfrentamos los mismos problemas y frustraciones, el mismo afanoso trabajo, los mismos momentos alegres y tristes, los mismos desastres musicales, los mismos logros musicales. ¡Pero no las mismas lluvias torrenciales! Ha sido interesante contarles a mis estudiantes en los Estados Unidos sobre sus contrapartes en la República Dominicana. Es prueba de que la música es el gran nivelador. Todos somos iguales y capaces de lograr mucho sin importar el estado socioeconómico. El compartir música puede ser fuente de inspiración y emoción".

Llega la noche del concierto

Al aproximarse el día viernes, los niños comenzaron a sentirse cada vez más emocionados y ansiosos. Abel nos lo explica:

"Cuando llegué al retiro, me sentí como en casa… Sentí que estaba en familia, con gente que quiero y que me quiere, con compañeros que ahora son como mis propios hermanos. Practicamos mucho para prepararnos para nuestro primer concierto. Estaba muy ansioso de que llegara el último día, pero era porque quería que mi madre me viera tocando en el concierto".

Al mismo tiempo, no quería que el retiro se terminara porque me estaba divirtiendo bastante. Aprendí mucho, me reí mucho, conocí a mucha gente interesante. Al momento del concierto, me sentí muy nervioso. Me dije a mí mismo: '¡Cálmense, nervios!'. Tras concluir el concierto, nuestro director nos abrazó y muchos de nosotros llorábamos de alegría".

Todos esos ensayos dan fruto cuando los niños y jóvenes tocan su primer concierto

Las palabras de Yenny contienen un entusiasmo similar:

"Cuando empecé a escribir este diario, nuestros niños eran un poco tímidos y avergonzados. Pero ahora son personas enriquecidas con confianza, perseverancia y júbilo. Después de que los niños terminaron de dar su concierto, ellos comenzaron a llorar —de la emoción y alegría—. Fue una noche única, y siempre será recordada así. Este momento dejó una huella que permanecerá en el corazón de todos los presentes".

Los ingredientes para el éxito

Al reflexionar sobre mi experiencia, escribí que los resultados eran producto solamente del arduo trabajo. Sin embargo, hay otros dos ingredientes que indudablemente producen los efectos impactantes del programa y el concierto.

El primero es la profundidad del apoyo comunitario. Los centros de Children International ya son espacios comunitarios, fuentes de atención médica, apoyo educacional, refuerzo escolar y lugares donde se ofrecen una variedad de actividades. Adicionalmente se ofrece el programa orquestal, con sus mentores y maestros talentosos. Su profesionalismo, no solo como músicos sino por su educación a los niños en temas como el trabajo en equipo y los valores éticos, crea una comunidad de músicos innatos. Finalmente, el apoyo paternal es crítico para este programa. La música es igual de importante en la vida de los padres que en la de los hijos, y se sienten orgullosos al ver a sus hijos ensayar y adquirir experiencia. La música del país se convierte en la música del centro.

"[Los niños] también están aprendiendo que a pesar de las grandes dificultades en la vida, ellos merecen ser felices, gozar de la vida, tener un lugar divertido donde pueden soñar y hacer sus sueños realidad". — Hermelinda Guarín, directora de la agencia, Colombia

El segundo elemento es que los niños cuentan con la oportunidad de perfeccionar un arte que les gusta. Ellos aprenden a tocar música que quieren aprender a tocar. Están siendo motivados y apoyados al aprenderla. Asimismo, la practican con entusiasmo. En estas circunstancias, los niños aprenden rápido.

Hermelinda Guarín, directora de la agencia de Children International en Barranquilla, Colombia, lo resume de la siguiente manera:

"Tengo que decirle que no lo puedo evitar —los ojos se me llenan de lágrimas cada vez que tengo la oportunidad de ver a los niños tocar estos instrumentos—. Se me hace increíble lo mucho que han progresado en tan poco tiempo… El Sistema está influenciando a nuestros niños y jóvenes de una manera positiva. Además de aprender a tocar un instrumento, ellos están adquiriendo habilidades de vida como el trabajo en equipo, la disciplina y creatividad, entre otras. También están aprendiendo que a pesar de las grandes dificultades en la vida, ellos merecen ser felices, gozar de la vida, tener un lugar divertido donde pueden soñar y hacer sus sueños realidad".

Dick Roberts es el director de The Sally and Dick Roberts Coyote Foundation en California. Esta fundación apoya programas musicales extraescolares en Los Ángeles, la República Dominicana y Colombia.

Se ha demostrado que la educación musical mejora radicalmente la vida de los niños. Vea cómo la estrategia de Children International fomenta disciplina musical en los niños.

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